LUIS FERRERES y el IVAM CENTRO DEL CARMEN. LA POSICIÓN DE “CIUTADANS”

En 1859 se derriba el palacio Vich situado en lo que hoy es la calle embajador Vich de Valencia, las piezas que pueden salvarse se trasladan al Convento del Carmen, entonces sede de la Real Academia de San Carlos y museo de BBAA, uno de los pocos edificios que tras la desamortización se destina a usos culturales.
Las piezas se almacenan allí durante 50 años, en los que se abordan diversos estudios para su posible recuperación, haciéndose esta efectiva en 1909, mediante la realización de un proyecto de Luis Ferreres y Francisco Almenar.
Se acomete entonces una ampliación necesaria del Carmen dado que la estructura conventual dificultaba el uso museográfico. Aprovechan la tesitura para una instalación parcial del citado patio, ésta intervención que se mantiene intacta hasta nuestros días, se realiza de acuerdo a los mas innovadores criterios de restauración de la época. Posteriormente entre 1923 y 1924 el mismo arquitecto participa en otra de las ampliaciones del museo. Esta, de corte clásico, museograficamente moderna, contribuyó, de manera sustancial, a que el museo fuera considerado el segundo en importancia en España después de El Prado.

El actual proyecto de reconstrucción del patio Vich supone la destrucción de la intervención de Luis Ferreres en el antiguo convento del Carmen. Opiniones especializadas y numerosas pruebas documentales avalan el interés cultural de esta intervención y desaconsejan, en consecuencia, la realización del proyecto de reconstrucción del patio renacentista.
Lo que a todas luces es innegable, al margen de criterios estéticos o intereses profesionales, es que la intervención o intervenciones de Ferreres representan el estilo de una época, y que están indisociablemente ligadas a la historia del edificio como centro cultural. Es, en consecuencia, parte fundamental del valor, arquitectónico y, sobretodo, parte del valor simbólico del lugar. Las aportaciones de Ferreres se concibieron para un uso museológico y para tal han resultado extraordinariamente fecundas, como lo prueban, primero, su historia como museo de BBAA y ,ahora, sus doce años como espacio de diálogo con el arte mas actual, en tanto que segunda sede del IVAM .

Así mismo es un hecho que se trata de parte consustancial de un Bien de Interés Cultural, de manera que cualquier intervención que en ella se haga, debiera estar encaminada a su conservación, debe gozar de todos los avales profesionales posibles y del mayor consenso social y ser rigurosa en el acatamiento de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano.

“Ciutadans” quiere detener la destrucción de la obra de Ferreres en el antiguo Convento del Carmen y considera que las actuaciones previstas por la Conselleria no se ajustan a la legalidad, por lo ha presentado recursos de revisión ante el Ayuntamiento de Valencia y la Dirección General de Promoción Cultural y Patrimonio Histórico para que se suspendan los permisos correspondientes.

El confuso corpus teórico que rige esta actuación de la conselleria supone que, detrás de un discurso de recuperación histórica; aquel que según ellos abalaría la reconstrucción del patio del embajador Vich, se aborde lo que esta trae consigo: la destrucción de parte sustancial de la historia del antiguo Convento de Carmen. Esta contradicción se agudiza al considerara que la recuperación del patio se llevaría a cabo lejos de su emplazamiento original. Así, mientras se le hurta al convento parte de su historia, se le esta robando al barrio del Carmen parte de su memoria, lo cual no contribuye, de ningún modo, a su recuperación. Es mas bien, obviamente, el inicio de un proceso de destrucción institucional.
La supuesta recuperación del patio del embajador Vich solo se comprende desde criterios culturales limitados por una mal entendida especialización museística, se trata de una cultura de mausoleo que en nada contribuye a la recuperación útil de la memoria. La reconstrucción del patio del embajador Vich además pone en peligro, con el proceso de desmontaje y traslado de los restos, aquello que trata de recuperar, para inventar, en un contexto puramente museístico, un recuerdo del la ciudad. Hay que recordar que esta operación en ningún caso supone una recuperación, ya que aún hoy y desde hace cien años, los restos del patio están visibles al público e integrados en el convento. Esta operación ignora que el valor de la historia reside en su capacidad de proyectarse en el presente, que la operaciones de recuperación histórica deben encaminarse a la resurrección del tono vital de los lugares y su sentido. Por que la importancia de un lugar es lo que este representa, su duración, su historia viva, su dimensión social y cultural, su valor simbólico es decir todo aquello que hoy por hoy el Convento del Carmen posee y por lo que una intervención que desgajara parte de su memoria no seria nunca beneficiosa ni para el espacio ni para su entorno.
El antiguo Convento del Carmen es un lugar vivo y presente, y el mejor centro de exposiciones de arte contemporáneo que, hasta hoy, ha habido en Valencia.
Negarle esta condición es negarle parte de su identidad y su sentido histórico.
El proyecto de destrucción de la intervención de Ferreres y de reconstrucción del patio del embajador Vich es fruto de una limitada razón instrumental, que pretende que la comprensión de los hechos solo se pude abordar desde una suspensión de la historia en momentos y estilos, primando unos sobre otros y fraccionando su devenir, midiendo, acotando y aislando el curso del tiempo.
Pero que este debate no nos haga olvidar sobre todo que nunca ha habido ni una sola razón de peso para cerrar este espacio al arte actual.

NO AL CIERRE DEL IVAM CENTRO DEL CARMEN

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