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El anuncio efectuado por la nueva consellera de Cultura, Trinidad Miró, con respecto a la liquidación de la Bienal de Valencia tras cuatro ediciones celebradas supone la desaparición del último proyecto de promoción cultural de la etapa de Eduardo Zaplana como Presidente de la Generalitat.
J. R. SeguÃ, Valencia
Levante EMV
Miércoles, 10 Octubre, 2007
Desde su marcha, los sucesivos conselleres que han ocupado el departamento de la Avenida de Campanar han ido liquidando, modificando o simplificando cada una de las iniciativas ideadas y defendidas por los conselleres y secretarios autonómicos de la etapa Zaplana.
A excepción de infraestructuras como Palau de les Arts, un proyecto inconcluso que va ya por los 300.000 millones de euros o la Ciudad de la Luz,-aún subvenciona a quien ruede en sus instalaciones- o la Biblioteca Valenciana el resto ha pasado al olvido enterrando con ellos decenas de millones de euros. Estos son algunos ejemplos.
LA BIENAL DE LAS ARTES
Aspiraba a competir con Venecia y su objetivo eran impactos mundiales o lo que en castellano serÃa impactos publicitarios a través de exposiciones de arte. Japón, Inglaterra o Estados Unidos, por poner tres ejemplos, fueron paÃses donde nuestros gestores viajaron para cantar las excelencias de un proyecto que nunca cuajó en Valencia y que si algo no trajo fue turistas o curiosos. Para su materialización se contrato al italiano Luigi Settembrini, un italiano especialista en marketing y eventos relacionados con la moda que ha terminado llevando a la Generalitat a los tribunales y a quien reclama un millón de euros por incumplimiento de contrato. Cada una de sus ediciones necesitó de tres millones de euros, aunque su segunda convocatoria supuso el desmenelamiento más absoluto hipotecando a las arcas de la Generalitat en cerca de 11 millones de euros. El último intento fue su cambio de filosofÃa. La Bienal iba a ser la puerta del arte latinoamericano a través de un acuerdo de colaboración con la Bienal de Sao Paulo. La muestra en sÃ, inaugurada durante el último trimestre de este mismo año, desató las iras de la Iglesia por la escatologÃa y afrenta de algunas de sus instalaciones. Tras ella deja una estela de más de 25 millones de euros y todavÃa importantes deudas por satisfacer.
LOS ENCUENTROS MUNDIALES
José Vidal Beneyto dirigÃa un proyecto de debate intelectual que sustentaba sobre tres ejes tan “ambiciosos” como sus propias denominaciones: el Encuentro Mundial de las Artes, el Consejo Mundial de las Artes y el Premio Mundial de la Valldigna. Este último consistÃa en traer hasta Valencia a una primera figura mundial- Peter Brook, Luciano Berio, Manoel de Oliveira o Pina Baush-para que recibieran 72.000 euros en un acto de claro corte y lucimiento institucional. Nada se sabe de las actas o el contenido de los debates de los invitados a los Encuentros Mundiales organizados y que, para sorpresa, se celebraban a puerta cerrada. Deja como triste recuerdo la muerte en el transcurso de uno esos debates del cineasta André Delvaux a causa de un infarto.
El MUSEO DEL XIX
Tuvo su placa en las puertas del Convento del Carme e incluso un comisionado propio- José Vicente Villaescusa- cuyo proyecto se desconoce después de supuestos años de decidida dedicación. Pero nunca pasó de ser algo más que una idea y una maqueta. Crear un museo por Ley y a partir de colecciones ajenas-Diputaciones, Ayuntamientos, Ministerio de Cultura o Museo Sorolla- siempre se presumió complicado, aunque el secretario de Estado para Cultura con Esperanza Aguirre, Miguel Ãngel Cortés, comprometiera a su departamento a financiar el 60% del coste de la recuperación del Convento Carmen para tal efecto. Nunca sucedió. Hoy, el Carmen aún está pendiente de su total rehabilitación y la nueva idea es convertirlo en un centro multidisciplinar. Pero por fases.
LA CIUDAD DEL TEATRO
La actriz Irene Papas soñaba con una Ciudad del Teatro, pero también con otra de la Euforia y un duplex en pleno centro de Valencia con cargo a la Administración autonómica. Al final consiguió ser Troyana de un espectáculo que costó 3 millones de euros y aspiraba a brillar en las Olimpiadas de Atenas, pero cuya escenografÃa aún permanece en Roma. La Ciudad del Teatro comenzó siendo un megaproyecto para Sagunt que ha ido matizándose conseller tras conseller hasta quedar reducido a un espacio, La Nau, cuya recuperación ha necesitado, de momento, de más de 30 millones de euros y cuya titularidad del espacio continúa sin ser de la Generalitat. Con goteras o sin ellas, la Nau aspira ahora ser centro de producción teatral de la Generalitat. Por suerte, nunca comenzó a ser construido aquel superteatro al aire libre, bautizado como Alfa Helix, diseñado por el arquitecto griego y amigo de Papas, Manos Perrakis, que figuraba dentro de un proyecto teatral global que iba a ocupar más de 480.000 metros cuadrados. La pregunta es qué fue del centro del alto perfeccionamiento musical que le prometieron a Rostropovich dentro de las instalaciones.
El CONSORCIO DE MUSEOS
Aunque mantiene su nombre no es hoy ni se parece a los que un dÃa pretendió ser. Sus cifras hablan por si solas. Hasta 2005, fecha en la que su complicada economÃa le impidió endeudarse todavÃa más, el Consorcio lucÃa unas cifras que se resumÃan en 1.130 exposiciones- eminentemente de arte contemporáneo- y 724 catálogos. Algunos le acusaron de practicar una polÃtica de clientelismo. El mundo se quedó pequeño para el Consorcio de Museos de la Generalitat cuyas exposiciones, organizadas y financiadas por la administración autonómica, se multiplicaban por Latinoamérica. Desde hace un tiempo, el Consorcio pisa suelo.
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